Es una realidad que este 2023 está marcado por la inflación y la incertidumbre que esta atrae.
El crecimiento de los precios comenzó el pasado 2022 con el impacto de la guerra en Ucrania, lo que hizo que las empresas comenzaran a incorporar la inflación a sus modelos de negocio y a sus planes de contingencia. Su estrategia ha consistido en posicionarse sobre la base de las previsiones actuales y las incertidumbres económicas.
No obstante, nos preguntamos si esto es suficiente o si existen otras vías para hacer frente a esta situación. En este artículo resolveremos estas dudas.
7 formas de combatir la inflación para las empresas
Como hemos visto y analizado durante este último período, para hacer frente a esta situación económica las organizaciones han recortado sus márgenes o han incrementado sus precios, pero estas no son las únicas posibilidades.
Desde RHO Finanzas destacamos 7 alternativas para hacer frente a la inflación:
Incremento de las ventas
Aunque luchamos contra una desaceleración de la economía española, la demanda sigue con su tendencia creciente. Por tanto, entre los principales objetivos debe estar el incremento de las ventas.
Para cumplirlo, debemos entender en profundidad al consumidor y su comportamiento en este marco donde la inflación reina. De esta manera, con herramientas como el análisis de datos u otros elementos económicos podemos ajustar y diversificar nuestra gama de productos y servicios.
Con ello conseguimos mejorar el valor añadido e incluso mejor nuestro propio margen de beneficio en el que el cliente no sea tan escéptico a los nuevos precios. También puede darse la situación contraria en la que nuestros precios deban bajar para incrementar la demanda de los productos.
Análisis recurrente de los precios
En esta situación tan volátil podemos llegar a encontrar oportunidades y transformar la amenaza en un impulso para la organización.
Esto es exactamente lo que ocurre con las situaciones de crisis inflacionaria. Es el momento perfecto para estudiar nuestros precios y ver si funcionan o por qué no lo hacen.
Pueden existir dos situaciones, anteriormente ya expuestas, y, por tanto, es el momento de reposicionar nuestro producto o servicio o cambiar nuestra propia estrategia de precios hacia otros modelos como el de consumo recurrente.
Plazos de cobro más cortos
En un momento como este en el que la inflación es alta, cuanto mayor sea el plazo de cobro a los clientes, mayor serán los efectos negativos que esto tendrá sobre la empresa.
Hay que buscar mejorar la eficiencia de la facturación y buscar que el periodo medio de cobro de los clientes sea inferior al periodo medio de pago a los proveedores.
Establecer descuentos por pronto pago o volumen es una buena iniciativa para poner en marcha esta estrategia.
Reducción de costes
Para hacer frente a la subida de precios es imprescindible reducir los costes para que el margen de beneficio siga siendo rentable.
Entre las estrategias a llevar a cabo para que esta reducción sea posible destacamos una mayor eficiencia, un impulso de la automatización y la simplificación de las estructuras empresariales.
Nuevas políticas salariales
En estas situaciones de precios al alza existe una mayor presión salarial en perfiles profesionales y sectores determinados. Los empleados presionan a las empresas un aumento de sus salarios para hacer frente a la situación.
Por ello, como este aumento es difícil de llevar a cabo, puesto que las organizaciones no cuentan con ese capital, es necesario desarrollar nuevas políticas salariales que impliquen beneficios sin pasar por un aumento de los sueldos.
Otra alternativa que muchas organizaciones han puesto en marcha con respecto a sus empleados, es el teletrabajo. Una oportunidad para reducir costes y que en ocasiones se traduce en mayor productividad.
Vigilar las cadenas de suministros
Las interrupciones en las cadenas de suministro pueden causar grandes daños en los negocios. Lo que se traduce en grandes pérdidas.
Por ello, es importante que una compañía siga invirtiendo en el desarrollo de capacidades estratégicas. De esta manera, contaremos con planes de respuesta ante los posibles riesgos como un fallo en la cadena de suministro, sobre todo en empresas con ciclos de producción más prolongados.
Un ejemplo claro de estos planes es contar con proveedores que nos garanticen contratos más largos y que tengan asegurada su oferta.
En cualquier caso, en las inversiones estratégicas siempre deberemos buscar una integración vertical para encontrar una mayor seguridad en el suministro.
Diversificar la cartera financiera
En este contexto de mayor incertidumbre es interesante revisar y diversificar la cartera financiera. Lo que nos dejaría con inversiones en sectores que puedan beneficiarse de esta situación y apostando por valores refugio.
Cabe destacar, también, que esta es una situación económica en la que la obtención de liquidez a través del recurso del endeudamiento es una decisión de lo más atractiva frente a la venta de los activos, como consecuencia de una caída de los tipos de interés de forma prolongada.
Sabemos que la situación económica que atravesamos es muy complicada, pero esto no tiene por qué traducirse en situaciones muy desfavorables para las empresas. Existen muchas alternativas para hacer frente a ello, aunque sabemos que en España es una de nuestras tareas pendientes.